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procopio: café filosófico

El pragmatismo de James

Después de la charla sobre el pragmatismo americano que di en el curso del III Seminario de la SFPA me asaltaron algunas interrogaciones que no pude apenas plantear en la charla por la carencia de tiempo. La principal quedó más o menos solventada en el turno de preguntas: el pragmatismo, o como su fundador lo llamó, el pragmaticismo, no es una doctrina filosófica, sino un "discurso del método", a lo Descartes, para entendernos, pero tan anti-cartesiano precisamente en algunos de los puntos básicos de su principio discursivo de filosofía. Pedirle una fundamentación a este principio discursivo es lo que suele llamarse una petición de principio, sería como preguntar cuál es el fundamento del mismo filosofar, y finalmente de la aparición histórica de la filosofía, de la antigua con Tales, y de la moderna con Descartes.

Otra cosa son las doctrinas filosóficas de los diversos pragmatistas y sus fundamentos, que poseen e incluso a veces piden ciertamente con su poco o mucho de falacia. Y de ahí le vienen los errores a las doctrinas de Peirce (idealismo objetivo) y de Dewey (instrumentalismo o naturalismo transaccional). En Peirce el problema es que su semiótica acaba locamente convertida en un álgebra de la lógica, en una ciencia de la lógica y, por tanto, que su principio de "un nuevo realismo de un sentido común crítico" (al que llamó pragmaticismo) acaba convirtiéndose en un idealismo, con su ciencia de la lógica y su cierre de puertas a la realidad. En Dewey, el problema es que su instrumentalismo tiene también la pretensión idealista de una ciencia total, en este caso radicada no en la lógica, como en Peirce, sino en la antropología y en la historia, convirtiendo su naturalismo transaccional en una antropología -como ciencia total- de la historia -concebida-. En todo caso, a causa del pragmaticismo de partida, ambos errores son errores menores que los de Leibniz, Kant y Hegel, y a diferencia de estos, más bien subsanables. Así fue en el caso de los lógicos o semióticos pragmáticos posteriores a Peirce (C.I. Lewis, Ch. Morris, y hoy el mismo Putnam), que renunciaron a un sistema idealista entrando en conversación con la filosofía analítica británica del lenguaje, y en el de Hook y la escuela de Mead en los últimos días de Dewey y en las décadas posteriores, hasta Rorty (si bien se podría decir que la conversación de Rorty con el posmodernismo y en concreto con la filosofía europea continental peca del error contrario, si no es que se trata de cometer el mismo error otra vez de forma novedosa, cosa de la que el propio Rorty pareció darse cuenta y al parecer quiso evitar en uno de sus últimos libros, "Forjando nuestra nación").

Lo que en todo caso no quedó tan claro en el debate posterior a la charla en la SFPA fue la figura de James. La acusación de que el pragmatismo es una doctrina filosófica inconsistente yerra el tiro porque el pragmatismo no es una doctrina filosófica. Pero esta acusación puede llegar a tener algún sentido en el caso de William James, porque James, al popularizar y divulgar el pragmaticismo de su amigo Peirce, parece a veces presentarlo como una doctrina filosófica, en este caso, como una doctrina del éxito en la práctica al modo hegeliano, pero americanizado y por tanto mejorado. Esto, no obstante, cabría admitirlo con la boca pequeña, y no con la boca tan grande, como suele hacerse, porque en verdad James es muy consciente de que el pragmatismo es solo un discurso del método, aunque a veces se le vaya la mano o se haga ilusiones en su popularización. Si al igual que en Peirce o en Dewey, hay algún error importante en la obra de James, es solo este.

Pero James también elaboró una doctrina, si bien no de la enjundia filosófica de las de Peirce o Dewey (¿pero es esto un error, o simplemente se trata de que no elaboró una doctrina filosófica?). James, en esto, fue un especialista siempre, y no quiso convertir su especialidad en el álgebra de un sistema filosófico. Se empapó de toda la obra de Peirce, y a partir de aquí, fundó, tras estudiar con Wundt en Berlín, la primera cátedra de Psicología en los EEUU. Su especialidad, aunque más tarde pasara a ocupar una cátedra de Filosofía, fue la psicología, y su doctrina, que él no llamó nunca así, pues lo hizo uno de sus primeros discípulos, fue el "empiricismo radical". En "La voluntad de creer", no obstante, James alaba "la gloria del empirismo", y si bien no mencioné ningún gran discípulo de James en la charla, pues después de James no vienen un Royce, ni un Mead, ni un Hook, este empirismo radical es el signo más distintivo de la gran escuela de psicología americana que llega hasta hoy en figuras como Pinker.

Yo diría, para acabar, que lo importante no es el error que no cometió, sino el error que logró evitarle a la filosofía en Norteamérica gracias al pragmatismo que alguna vez estiraría más de la cuenta. Este error es el positivismo, que, a diferencia del marxismo, nunca ha sido un error de bulto en EEUU, ni siquiera aunque haya un poco de él en la semiótica de Peirce. Por otro lado, el pragmatismo popularizado por James también ha logrado evitar doctrinas parciales cerradas del tipo de las que en Europa se conocen como fenomenología y hermenéutica, aunque ciertamente los fenómenos, teóricos y prácticos, y su interpretación, formen parte del empirismo radical de James.

Es cierto que Pinker, en sus libros, arremete contra la psicología pragmatista, a la que sitúa no muy lejos del relativismo posmoderno. Pero esto significa que en estos psicólogos el pragmatismo ha dejado de ser un discurso del método para convertirse en una doctrina, no ya psicológica, sino filosófica, y por tanto, que este pragmatismo, como hubiese dicho Peirce, es un pragmatismo degenerado ("la verdad es semiótica, no pragmática", decía Morris), y al cabo, pues, que no es ni pragmatismo ni empirismo radical.

Finalmente, situé el neotrascendentalismo de Cavell, aunque hace hincapié en la primeridad peirceana, en la línea sucesoria de James, sobre todo por aquello del vitalismo emersoniano que ambos compartirían.

7 comentarios

ximobrotons -

encima, no?

yo no he aplicado azotes. lo q he hecho es "corrección", no "castigo". en realidad casi nada, pq precisamente estos alumnos son de aquellos "lost" de los q al menos uno -yo- se preocupa un poco, y ellos más o menos lo reconocen. el chico al que agarré del cuello mientras estaba robando ya sabe más o menos por donde mejor no tiene q ir. y el otro, el del golpe en el brazo, entró al día siguiente enarbolando cinco euros en la mano en el bar que solemos frecuentar algunos profesores. el tercero es más peligroso, pq no está tan "perdido", pero con este se trata de expulsarlo de clase hasta que quede "marcado" somáticamente, sin tocarle, como dice Damasio en sus libros.

de momento, he presentado la dimisión por 15 días (baja sin sustitución).

larrainza -

Pues Wittgenstein volvió, años más tarde, al pueblo donde había sido maestro, para pedir perdón a algunos de sus alumnos, y casi le corren "a gorrazos". Lo dicho, cuídese.

ximobrotons -

no, como Wittgenstein no, más bien como John Wayne.

larrainza -

¿No querrá usted emular a Wittgenstein, cuando era maestro, que atizaba lo suyo a los zoquetes?

ximobrotons -

castigo lo es, aunq casi no sé lo q no sea castigo mayor o menor.

se ha incoado un expediente contra mí con advertencias de sanciones graves o muy graves por agresiones físicas a los alumnos, que obviamente no puedo negar: solo q estas pequeñas o leves golpes físicos -yo sé pegar- han sido para defender a otros alumnos acosados o a mí mismo. han sido un par nada más y ahora somos todos muy amigos. me ha dicho un abogado q este tipo de situaciones se pueden considerar legalmente "corrección", o sea, no es una agresión física sin venir a cuento y menos con dolo o intención de hacer daño así como así, q es de lo q aparenteemente se me acusa.

si me abren expediente, tendré dos en seis años. uno por legislatura. pues quizá pronto me voy a ir.

Cuídate -

He leído en el blog de Arcadi algo de un nuevo expediente.
¿Podrías ampliar aquí el relato?
Deseo que no suponga demasiado castigo.
Cuídate

adorno -

-Manuelico....dile al señor profesor que baje a cenar.
-No, que dice cosas raras y acabará como Nietzsche.
-Angelico......