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procopio: café filosófico

Reagan

Antes de empezar con Reagan, querría acordarme de mi abuelo materno a propósito todavía del 68. Que Sarkozy irá rectificando -lo más difícil todavía, todos estamos inmersos en esto- algunas de sus ideas sobre el 68, tal como Glucksman por ejemplo ha apuntado, es casi seguro. Ahora prefiero vaticinar que ponerme a dar consejos. Aunque me equivoque. El caso es que si hasta mi abuelo, franquista sobrevenido pero de pro, y suscriptor de "Paris-Match" (hizo un curso en Francia, en Foix concretamente, donde más han votado a Royal, en el año 1933), guardaba recortes sobre el 68 y Marcuse, es que algún tipo de problema denunciado en el 68 es un problema que afecta a todos, incluidos los lepenistas, para entendernos. Y yo diría que incluso es un problema que hoy paradójicamente nos afecta en forma de TIC y móviles, por ejemplo, tan dañinos en las escuelas estos últimos. La denuncia de la sociedad del espectáculo puede seguir vigente en algunos aspectos. Aunque también en esto, para mí, el que mejor respuesta da, de los que conozco, es Castoriadis.

Bien. Pasemos a Reagan. La semana pasada se reunieron los candidatos republicanos a la candidatura final para la presidencia de EEUU de 2008, en California, en una especie de memorial del que fuera presidente de EEUU de 1980 a 1988. El actor Ronald Reagan. Entre los destacados, McCain y Giuliani, quizás. En el 80 y en el 88 yo tenía 6 y luego 14 años. Mi infancia primaria y un poquito aun de la secundaria. Los años en que la democracia del 78 se consolida en España. El año que recibimos en casa a un estudiante americano, del norte de California, en concreto.

Ahora todo son elogios a Reagan, y por eso escribo este post. Se suele decir que Bush Jr. ha sido el peor presidente de la historia de los EEUU. Yo no sé si es peor que Nixon, Ford o, si me apuran, que Truman. Yo no sé si basta con superar a Clinton en la materia que se fuma (pero cuyo humo sigue sin tragarse) para ser mejor presidente que Bush Jr. El caso es que quiero recordar. Y recuerdo que Reagan era en su momento lo mismo que hoy Bush, una especie de fascista, patán, etcétera. Esta era la impresión que se tenía de Reagan, oh, aun más en la Cataluña nacionalista y anti-Otan todo junto. Y en mi casa, por qué negarlo, tan progresista a la moda por vía materna, ah, on va à rebours, quelle joie. Y eso que aún no había venido la peor izquierda de la historia democrática de España. Una vez le pregunté a uno de los múltiples estudiantes extranjeros que pasaron por mi casa en aquel tiempo, americano, republicano, por qué era seguidor de Reagan, cosa que, así lo manifesté, me parecía increíble. Claro que más increíble me parecería poco después que mi prima fuera a parar a una familia de Reno seguidora del obtuso Dukakis. En fin, yo quería conocer mundo y al final este americano republicano fue de los más amables y cariñosos que pasó por mi casa. Se llamaba Dave, y no me acuerdo de dónde era. Nos escribió una carta desde EEUU, alucinante, poniéndonos por los cielos. Ahora sé que el mayor discípulo de John Dewey, cansado de tantas cosas, supongo, se pasó a Reagan y lo apoyó, hecho que de algún modo explica esa carta. Ahora también sé que otra demócrata de primera fila se pasó también a Reagan y éste la colocó en la ONU. Ah, entiendo, entiendo.

De modo que poco a poco, Reagan fue dejando de ser el diablo en persona y fue pasando a convertirse en una simple persona. Todavía más, yo, en aquel tiempo, especialmente en verano, era fan irreductible de los Beach Boys, famosa banda rockera conocida además por apoyar siempre al Partido Republicano. Es preferible a que te apoye Bruce Springsteen, sobre todo cuando viene a Barcelona. Bueno, va, es una broma. Pero para más inri, existía otro grupo entonces actual, oscuro, incluso un poco friki, punk, peligroso, que también se declaró reaganiano. Eran los Ramones, y, amigos, estas ya son palabras mayores.

Luego salieron aquí en España Los Ronaldos, ya en la época final de Reagan. El primer disco de Los Ronaldos es uno de los mejores discos del pop español de los años 80. No los pude ver nunca en directo, lástima. Tanto los Ramones como Los Ronaldos pueden ejemplificar lo que ahora se dice de Reagan: esto es, que frente a Bush Jr., el-peor-presidente-de-la-historia-de-los-EEUU, el viejo actor de Hollywood encarnaba un conservadurismo liberal, optimista, vital y abierto, hoy buscado por los candidatos republicanos reunidos la semana pasada en California. Hace pocas semanas, de hecho, una encuesta nacional en los EEUU declaró a Reagan el personaje americano más importante del siglo XX.

Sí, tal vez, y yo lo disfruté y aprendí a mi manera: pero ese personaje era entonces algo bastante parecido también al peor presidente de los EEUU.

Que conste.

PD: solo un grupo de entonces era claramente antireaganiano, Sonic Youth, quienes en alguna de sus letras criticaban la "reaganomics". Pero los primeros en beneficiarse de la "reaganomics" fueron los socialdemócratas, desde Miterrand y González hasta Clinton y los suecos. El único que por lo menos lo asumió honestamente fue Blair, continuador a su modo del thatcherismo, eso que dicen que fue la versión europea de Reagan. No se conoce ningún verso de Sonic Youth contra Clinton. Por lo demás, está la caída del comunismo en 1989 y la narrativa de la era Reagan, condensados ambos en el culebrón televisivo y no solo televisivo, tan culturalmente alejado de la excelencia, pienso yo, aunque tampoco excesivamente dañino. Pero parece que aquí sí que ha aparecido alguna nueva narrativa más o menos real y comprometida en EEUU, de la que ya di cuenta en este blog cuando hablé de Franzen y el realismo trágico de su libro "Cómo estar solo". A pesar de su marxismo de salón, también.

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