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procopio: café filosófico

Lou Reed canta a Edgar Allan Poe

El otro día me compré en Discos Medicinales, en Castellón, el CD de Lou Reed "The raven", un homenaje rockero a Poe que contiene la declamación de su poema "El cuervo" por William Dafoe. Ignacio Juliá, el crítico de Ruta 66, ha dicho que es el mejor álbum de Reed. Bueno, es una exageración pues no podemos olvidar trabajos tan maravillosos como "Transformer", "Berlin" o incluso "New York". La única vez que he visto actuar en directo a Lou Reed fue en la presentación mundial de "The raven" que le trajo hasta el parque de los Viveros de Valencia hace justo dos años.

Pero si no es el mejor trabajo de Lou Reed, es quizás el más completo. Y sobre todo es un trabajo singular, que mezcla la música del fundador de la Velvet Underground, para mí el auténtico "jefe" del rock posterior a la muerte de Elvis Presley, con el universo poético de Edgar Allan Poe. Es un disco hecho con cariño, y eso se nota. Una especie de homenaje a sí mismo, al estilo de Whitman, pero a las "partes malditas" de sí mismo, no al lado solar. Aunque aquí lo que resplandece en esa oscuridad es la luz blanca, el calor. Ya decía Nietzsche que más profunda es si cabe la medianoche que el mediodía.

En el disco colaboran varias figuras como el citado Dafoe, o el actor Steve Buscemi, u Ornette Coleman, que trabó amistad con Cornelius Castoriadis. El rock de Lou Reed es todo menos anti-clásico: hay sonidos sureños, pautas muy ortodoxas. Aquí lo importante no es el riff, o el acorde extravagante, sino la nota, la simple y sagrada nota, la primordial, la autónoma. Un leve roce de las cuerdas de la guitarra puede contener más sensualidad y más sensibilidad que la más compuesta y bella de las melodías. No es que sea bonito porque es pequeño, o poco, es bonito porque no tiene por qué ser más. Ni exhaustivo o espectacular. No es minimalismo, más bien se trata de lo-que-importa-de-verdad. Los restos, aún vigorosos, de un viejo guerrero.

Por eso es tan hermoso -y a ratos tan inmisericordemente rockero- este último disco del gran Lou Reed, que tiene sus altibajos. Parece que Lou Reed, después de mucho deambular y experimentar por el lado salvaje de la vida, acata cuerdamente la sentencia del latino: "Nada humano me es ajeno".

8 comentarios

Shylock -

Bueno, pero está en su disco directo, más viejo que la pana, de allá por los 70.Con gran versión de "heroine" y etc. Un disco-icono de mi juventud
Salud

procopio -

ah, bueno, palabras mayores, yo sé de uno que se tuvo que ir del público a llorar (drogado perdido) cual niño pequeño al escuchar ese comienzo de esa canción...

"nadie que haya interpretado su papel lo rechazaría y dejaría de vivir...", o algo así...

por mi parte, debo admitirlo, yo me lo perdí... ese concierto...

Shylock -

procopio, lo mejor de Lou Reed, para siempre jamás, es el comienzo de su directo con "Sweet Jane". Un dúo de dos guitarras que aún me lo estoy pensando komo lo hacen.
A todo esto, saludos por aki.
Shylock

procopio -

muchas gracias...

ladron de rosas -

muy interesante, la verdad fascinante como escribes

ericburdon -

Es curioso. En algún caso Ornette tocaba un saxofón de plástico blanco, convirtiendo un regalo de primera comunión en motivo de escándalo de críticos y puristas.

procopio -

me alegro. peor en este caso parece que la amsitad era sincera. castoriadis tocaba el piano, e improvisaba piezas free jazz, en el sentido casi de Leonardo da Vinci (de lo que dice Gombrich de Da Vinci)...

ericburdon -

Mr. Procope, le sigo leyendo: "Ornette Coleman, que trabó amistad con C. Castoriadis". La intelectualidad francesa siempre engagé con el jazz, y la mayoría de los jazzman "pasando" de ellos, en el buen sentido.