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procopio: café filosófico

Ismos de la democracia

Ciertamente, la democracia no tiene ideología. Si acaso, el liberalismo. Pero el problema del liberalismo es convertirlo en una ideología. El liberalismo es el mínimo común denominador de izquierda y derecha, por emplear estos términos tan estúpidamente reduccionistas. El marxismo no es un liberalismo, el posmodernismo tampoco. ¿Es el conservadurismo el que ha de demostar compatibilidad con la democracia, o el progresismo? ¿Sirve el progresismo para progresar? Por eso tampoco sirven de mucho los términos conservador o progresista. En Canadá, como aquí en tiempos de la Restauración, existen el partido Conservador y el Liberal. Es un avance, porque el conservador es liberal conservador y el liberal es liberal progresista, pero queda claro que ningún partido es una ideología que acabe en un ismo, como si tuviera que empinarse para demostar que apuesta por el progreso, en este caso. No hablemos del socialismo. Tampoco son de recibo los liberalismos positivistas que algunos han llamado liberalistas, malogrando su doctrina económica por falta de pragmatismo. 

En este sentido es mucho mejor la distinción estadounidense entre un partido Republicano y un partido Democrático. La democracia es per se republicana-democrática, en el bien entendido que pragmáticamente "republicano" no es en Europa incompatible con la existencia del régimen monárquico ni "democrático" lo es con el parlamentarismo europeo. Es extraño que existan partidos socialistas, por lo del ismo y por donde beben sus fuentes. Llamar popular a un partido es en este sentido una ventaja, más acá de que la idea de "pueblo" pueda presentar tantos problemas como suele la de "sociedad".

Pero no era de estos ismos de los que quería hablar. Sino de los ismos gubernativos de la democracia española. Desde 1812, se hablado de liberales (o liberalismo), que agrupaba un poco a todos los que luego se dividieron en dos partidos. Más adelante, destacó la obra del moderantismo. Luego advino el primer momento de crisis, con cambio de monarquía y con el primer intento de republicanismo como régimen. Tras esto, acaeció el canovismo, luego continuado por el maurismo, como marcas más importantes de la Restauración hasta su perecimiento bajo la primera dictadura militar. Tras el segundo intento de República, como es conocido, sucedió el franquismo, segunda dictadura militar.

¿Qué ismos han jalonado lo que llevamos de régimen constitucional desde 1978? Como herencia del franquismo, el primer ismo claro de nuestra democracia es el suarismo, por Adolfo Suárez. Pero el suarismo, más acá de su prolongación hasta la fundación del PP en 1989, tuvo una corta vida, la que duró la Transición. Al suarismo le sucedió el felipismo (por Felipe González), que a mi modo de ver es el ismo más importante de lo que llevamos de nuestra democracia actual, pero sin que esto lo convierta en el mejor periodo político de estos años, como ahora explicaré. 

Alguno dirá lo de siempre: "el pueblo es sabio", "tenía que ser así", etc. Sin embargo, mi opinión es que el felipismo, empezando por este uso espúreo del nombre propio, guiño al nombre clandestino de Isidoro (por aquello de San Isidoro de Sevilla), logró su hegemonía con grave quebranto de algunos aspectos fundamentales de nuestro régimen constitucional. Puede perdonarse más o menos que su victoria de 1982 se lograra tras la mentira de presentarse como adalid de la seguridad y paz en el desarrollo de la Constitución cuando no hubo más partido que el Psoe negociando con el capo del 23-F antes del 23-F. De ahí surgió el famoso consenso, o la teoría del acordeón. ¡Qué diferencia con la derechona, que por supuesto incluía al pobre Suárez, malgastado hasta por el propio Rey cuando éste vio peligrar la consolidación de la democracia en aquellos años de terrorismo etarra diario y otras cosas no mucho mejores! Digo que se puede perdonar o entender, no la mentira, pero sí la victoria, teniendo en cuenta que salíamos de 40 años de dictadura y de una cruenta guerra civil. Aquí tenéis vuestra oportunidad. Es la hora de la reconciliación.

El grave quebranto, sin embargo, es que el celebrado consenso ha fracasado con Eta y por extensión en la política autonómica, ha fracasado en la economía y en el fomento de la creación de empleo (¡aquellos 800.000 puestos de trabajo!), y ha causado además graves daños a cosas que, mejorables, funcionaban más o menos en buena dirección, en especial me refiero a la enseñanza. Económicamente, no se trata solo de lo que es respecto de lo que ha sido, sino de lo que es respecto de lo que podría ser, e incluso de lo que debería ser. Iguales excusas se oyen a propósito del paro, como diciendo que un 20% es mejor que un 30% y cosas así. Dejo de lado la basura que se tira sobre la ayuda al desprotegido, etc., porque ya es demasiada estupidez o ignorancia. Y del terrorismo, la excusa se convierte en un pretexto amenazante: el consenso no solo no ha desactivado a Eta sino que ha consistido en decir: "nosotros al menos intentamos llegar a un acuerdo para que dejen el terrrorismo, con el PP habrá siempre más terrorismo". Esto es, más asesinados. Y ya se sabe que al que te salva la vida le tienes que dar la bolsa, porque otro planteamiento no entiende. El problema con el consenso del mal menor etarra es que se lleva por delante leyes, instituciones e incluso derechos fundamentales, a la par que la vida de aquellos a quienes se sigue matando, o amenazando. El problema con el mal menor de Eta es que bien puede incluir un 23-F, un Gal funcionarial o un proceso de paz anti-constitucional, aderezado con nuevas normas estatutarias legitimadas en el terrorismo. Finalmente ha fracasado, pues, lo esencial del consenso, que era la reconciliación.

Los 8 años de gobierno del PP, de 1996 a 2004, no recibieron ningún ismo. Un periodista habló de la aznaridad, como si de una cualidad se tratara, no de un ismo. En mi opinión, la aznaridad podría haberse convertido en un aznarismo sucesor del suarismo y es posible que ahora mismo nos fuera mejor a todos. Pero en cualidad se quedó, y en mero paréntesis del felipismo, que ya había tenido su tardofelipismo desde que Guerra dejó la vicepresidencia (y Roca dejó la alta esfera de Ciu pisoteado por Pujol), y ahora ha tenido lo que llamo felipismo trasnochado en la figura de Rodríguez Zapatero, al que bien se ha calificado únicamente en términos de post. Postzapaterismo y no postfelipismo, porque en ningún caso el presidente actual era una renovación del Psoe y del felipismo (Pérez Rubalcaba al aparato lo ofreció), sino un felipismo posmoderno, el estertor vitriólico y espantoso de lo que ya desde 1989 hasta 1996 fue vitriólico y espantoso (entre otras cosas, la aprobación de la Logse).

A mí me gustaría que el felipismo, que, con la oposición de Fraga y del suarismo, y el posterior paréntesis de la aznaridad, dura desde 1982, se acabase en 2012. Y que saliera la verdad a la luz: la verdad del 23-F, para empezar. La verdad de la Transición también, del papel de Fraga en el abandono del marxismo por parte del Psoe.

Lo que seguirá, no lo sé. En el curso de la historia, aunque sin concebir ninguna historia, soy de los de Vico: "corsi e ricorsi". Es muy posible que sea cual sea el candidato del PP, si Rajoy, Ruiz-Gallardón o Aguirre, el signo de su gobierno siga estando bajo el manto de la aznaridad, entre otras cosas por las cosas que se prometieron en 1996 y que en su mitad se dejaron de hacer, o no se dejaron hacer -igual que la verdad del 23-F, pido en este sentido la verdad del 11-M y del trato recibido por el PP desde dos años antes al menos. Como de esto se encargan los periodistas, desconfío y me aparto: pero aunque dentro de unos años se pueda hablar de rajoyismo (cosa que dudo: lo hemos practicado en la oposición y basta), gallardonismo (nótese que en este ismo desaparecería el primer apellido del apellido compuesto, cosa que me desagrada) o aguirrismo, sus hipotéticos gobiernos empezarán y se guiarán por la aznaridad, hasta acabar en su propio ismo si es el caso.

En todo caso, la aznaridad no derivará en aznarismo, y quedará como un paréntesis -crucial y decisivo- entre los años del felipismo. 

 

 

1 comentario

lale -

Aunque no tiene que ver con el tema, supongo que en tu blog te enterarás de que te llegan comentarios. Te escribo por aquí porque me niego a darme de alta en marca.com.
Sobre el problema con teledeporte que veo que nadie te da una solución, esta es sencilla. No sé si sabrás que el pasado 1 de Junio o Julio teledeporte cambió de banda de emisión y los receptores de TDT antiguos no captan la señal. De todos modos prueba a resintonizarlo por si acaso es sólo recuperar la señal. En caso de que no lo coja toca comprar uno nuevo (no es grave, los hay a partir de 20-25€)
Un saludo