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procopio: café filosófico

Chicago boy

Milton Friedman nació en Nueva York y era judío, pero su escuela económica es conocida como la de los "Chicago boys".

Yo prefiero a Friedman, al que por fin acabo de leer ("Libertad de elegir", Faes, Madrid, 2008), y a su Escuela de Chicago, sobre Von Mises, Hayek y Popper, es decir, sobre la Escuela Austríaca. Qué le vamos a hacer, seré un Chicago boy. Y no porque me guste especialmente esa ciudad desagradecida, como la calificó Robert Louis Stevenson. La canción de Sinatra dedicada a Chicago, "Chicago is... my kind of town...", me encanta y me recordaba a mi vida en Castellón cuando vivía en Castellón. Pero no soy fan de los Bulls ni de Jordan. Ni siquiera he estado nunca en la Ciudad del Viento.

Me gusta más la Escuela de Chicago de Friedman que la Escuela de Viena simplemente porque Friedman apenas tiene un solo poso de positivismo (digo apenas porque uno de sus primeros libros aun se titulaba "Ensayos sobre economía positiva"), y en cambio, al final de sus días, como en el libro que acabo de leer, es puro pragmatismo social americano, cuyo padre fundador fue George Mead, precisamente en la Universidad de Chicago. En cambio, Von Mises, Hayek y Popper proceden del Positivismo de Viena, cuyo padre o figura más destacada es Wittgenstein, y si bien, como sabemos todos, Wittgenstein pasó del positivismo lógico a la investigación filosófica (del "hay que callar de lo que no se puede hablar" a los "juegos de lenguaje", tan cercanos al pragmatismo), sus últimas reflexiones son notas muy importantes pero dispersas, sin discurso unificador. Lo mismo, pues, sospecho que puede ocurrirles a Von Mises ("La acción humana") y Hayek ("Camino de servidumbre"), pese a que no los he leido -aunque a Wittgenstein sí.

Mientras la filosofía para Friedman, de la mano de Mead, es solo un discurso del método, en su caso del "método económico" por decirlo así, para los europeos Mises y Hayek sigue siendo un sistema o voluntad de sistema del cual se deduciría todo lo demás. Y esto, a pesar de que lo sería en un sentido muy laxo, casi empirista, próximo a las conocidas tesis del britanizado Popper y "La sociedad abierta", es un pequeño lastre frente al empeño pragmático de Friedman.

Mead fue el creador de la Escuela de Chicago a principios del siglo XX, y no está considerado precisamente un reaccionario liberal conservador. Más bien es el filósofo de la "socialidad" americana. El filósofo europeo que más se le parece en cuanto a su teoría filosófica es Castoriadis, autor de referencia de mi tesis doctoral. Fue compañero muy próximo de Dewey hasta que Dewey se fue a Columbia, Nueva York, de donde dice Friedman que salieron los ideólogos del New Deal. Tremenda confusión. Paralelamente a Friedman, la obra de Sidney Hook, discípulo mayor de Dewey e imposible pragmatista marxista en sus inicios, tuvo por objeto acabar con ese malentendido, el New Deal. Cuando Hook dejó su puesto de profesor en Nueva York, entró en la Institución Hoover a finales de los 70. Friedman también entraba en dicha institución de la Universidad de Stanford y publicaba "Libertad de elegir". Ambos, en las universidades de Nueva York y Chicago, durante los años 50 y 60, habían cambiado las ideas. La revolución liberal conservadora en Estados Unidos era ya un hecho casi imparable.

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