Carta al director del "Diari de Vilanova": "Contra Eta y sus legitimadores" (inédita)
Redacté esta carta en respuesta a la réplica que varios conciudadanos de mi pueblo (todos ellos militantes de ERC) ofrecieron -triste y exasperada réplica- a mi anterior carta: "Opiniones de un desaparecido". Pero dado el revuelo que causaron las dos primeras (la primera, un ataque contra la "identidad cultural", se perdió) y dado que en ese momento estaba ya inmerso en la vorágine de los exámenes de oposición en Valencia, opté por no enviarla y pasar un resto del verano más o menos tranquilo.
CONTRA ETA Y SUS LEGITIMADORES
Desde luego, con o sin banderas, estoy de acuerdo con la ley de Partidos, que no me parece un ataque a la democracia ni el principio del fin de los movimientos sociales, si quieren ser tales y no tribus guerreras, sino pura y simplemente una de las leyes emanadas del marco de la libre convivencia, tan relevante como en su día lo pudieron ser en el orden social la ley del divorcio y la del aborto. No se puede ir gritando o escribiendo impunemente pim, pam, pum, o nosotros matamos a 5 y ellos nos encarcelan a 500, no hay derecho..., etc. Son unos cuantos, es verdad, pero también el partido nazi estaba masivamente apoyado. Esta ley, como todas las demás, es razonablemente discutible. Pero es mejor en cualquier caso que la ley anti-terrorista o que el GAL, o que celebrar una especie de juicio final en una situación ganada a la causa por el terror de los fanáticos (debidamente subvencionados). O que no hacer nada.
Como sé de tus visitas a "Egin" y demás, te pregunto: ¿estarán contentos tus anfitriones cuando el País Vasco sea independiente pero Navarra no, o seguirán matando por persona interpuesta? En fin, por si acaso, diles que soy inofensivo... Es graciosa la alusión a la república de los soviets que se estaría fraguando en las Vascongadas (que así las llamaba un vasco, Unamuno, al que no se le puede acusar de ser poco sensible a todo tipo de periferia). Porque como es sabido, el bolchevismo fue una especie de capitalismo burocrático total y no otra cosa. Pero es que además donde los marxistas sí que no entraron a gobernar después de 1978 fue precisamente en Cataluña, donde ERC y parte del socialismo (el famoso sector Pallach) prefirieron el gobierno de CiU para pararles el paso a los rojos españoles, o algo así. Si, pese a todo, el PSC ha podido gobernar, antes incluso que CiU, con los comunistas (o con el CDS) ha sido gracias a la localización en las ciudades de este peligro que a posteriori se quiso evitar. ¿Por qué ERC actúa así? Porque no creo que el cura Xirinacs, por ejemplo, el senador más votado en la transición, sea muy subversivo: su huelga de hambre no le impedía zamparse tranquilamente unos cuantos cadáveres "made in ETA", como ahora. Por no hablar de Heribert Barrera, quien durante su larga estancia en la presidencia del Parlamento ha descubierto las bondades de las políticas xenófobas de Haider. Dicen que Carod-Rovira es más de izquierdas y tal, pero, aunque las circunstancias son diferentes, lo visto y leído no aconsejan precisamente el optimismo.
¿Si he cambiado? Pues claro, aunque, si te acuerdas, no tanto. Hace unas semanas murió Mario Onaindia, uno de los políticos si no el político con el que a mis 15 años yo más me identificaba: un federalismo no sólo por arriba, sino también por abajo; una normalización que no sea monolingüe, sino bilingüe y abierta al resto de España y de Europa; no un ecosistema de culturas, sino una ciudadanía democrática y libre. No son ideas demasiado complicadas de digerir, pero algunos lo ven como un trágala. Piden ideas pero éstas no, que no están de moda. Como decía Mario Onaindia en el libro colectivo de ¡Basta ya! (Aguilar, 2003) parece como si durante la democracia nos hayamos dado cuenta de que nos dejaban en paz con nuestras ideas, pero al precio de que estas ideas dejaran de tener interés para nosotros.
Las estatuas de Franco que quedan por ahí te deben gustar tan poco como a mí. Ahora bien, si les grito: ¡abajo la muerte!, que se den por aludidos con más razón, porque no son de piedra aunque nos quieran convertir en polvo, ETA y sus legitimadores.
Ximo Brotons
CONTRA ETA Y SUS LEGITIMADORES
Desde luego, con o sin banderas, estoy de acuerdo con la ley de Partidos, que no me parece un ataque a la democracia ni el principio del fin de los movimientos sociales, si quieren ser tales y no tribus guerreras, sino pura y simplemente una de las leyes emanadas del marco de la libre convivencia, tan relevante como en su día lo pudieron ser en el orden social la ley del divorcio y la del aborto. No se puede ir gritando o escribiendo impunemente pim, pam, pum, o nosotros matamos a 5 y ellos nos encarcelan a 500, no hay derecho..., etc. Son unos cuantos, es verdad, pero también el partido nazi estaba masivamente apoyado. Esta ley, como todas las demás, es razonablemente discutible. Pero es mejor en cualquier caso que la ley anti-terrorista o que el GAL, o que celebrar una especie de juicio final en una situación ganada a la causa por el terror de los fanáticos (debidamente subvencionados). O que no hacer nada.
Como sé de tus visitas a "Egin" y demás, te pregunto: ¿estarán contentos tus anfitriones cuando el País Vasco sea independiente pero Navarra no, o seguirán matando por persona interpuesta? En fin, por si acaso, diles que soy inofensivo... Es graciosa la alusión a la república de los soviets que se estaría fraguando en las Vascongadas (que así las llamaba un vasco, Unamuno, al que no se le puede acusar de ser poco sensible a todo tipo de periferia). Porque como es sabido, el bolchevismo fue una especie de capitalismo burocrático total y no otra cosa. Pero es que además donde los marxistas sí que no entraron a gobernar después de 1978 fue precisamente en Cataluña, donde ERC y parte del socialismo (el famoso sector Pallach) prefirieron el gobierno de CiU para pararles el paso a los rojos españoles, o algo así. Si, pese a todo, el PSC ha podido gobernar, antes incluso que CiU, con los comunistas (o con el CDS) ha sido gracias a la localización en las ciudades de este peligro que a posteriori se quiso evitar. ¿Por qué ERC actúa así? Porque no creo que el cura Xirinacs, por ejemplo, el senador más votado en la transición, sea muy subversivo: su huelga de hambre no le impedía zamparse tranquilamente unos cuantos cadáveres "made in ETA", como ahora. Por no hablar de Heribert Barrera, quien durante su larga estancia en la presidencia del Parlamento ha descubierto las bondades de las políticas xenófobas de Haider. Dicen que Carod-Rovira es más de izquierdas y tal, pero, aunque las circunstancias son diferentes, lo visto y leído no aconsejan precisamente el optimismo.
¿Si he cambiado? Pues claro, aunque, si te acuerdas, no tanto. Hace unas semanas murió Mario Onaindia, uno de los políticos si no el político con el que a mis 15 años yo más me identificaba: un federalismo no sólo por arriba, sino también por abajo; una normalización que no sea monolingüe, sino bilingüe y abierta al resto de España y de Europa; no un ecosistema de culturas, sino una ciudadanía democrática y libre. No son ideas demasiado complicadas de digerir, pero algunos lo ven como un trágala. Piden ideas pero éstas no, que no están de moda. Como decía Mario Onaindia en el libro colectivo de ¡Basta ya! (Aguilar, 2003) parece como si durante la democracia nos hayamos dado cuenta de que nos dejaban en paz con nuestras ideas, pero al precio de que estas ideas dejaran de tener interés para nosotros.
Las estatuas de Franco que quedan por ahí te deben gustar tan poco como a mí. Ahora bien, si les grito: ¡abajo la muerte!, que se den por aludidos con más razón, porque no son de piedra aunque nos quieran convertir en polvo, ETA y sus legitimadores.
Ximo Brotons
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