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procopio: café filosófico

Artículo: "El hedonismo de Michel Onfray" (publicado en "Lateral", mayo 2003)

Este artículo compartió número de Lateral con un artículo del actual presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, titulado "Unamuno socialista" y bastante mejor escrito que la carta que Arcadi Espada corrige hoy en su blog, y que habiendo sido elogiada por doña Pilar Cernuda, merecería sin duda muchas más correcciones. El voto en blanco.

Lo cuelgo hoy aquí en recuerdo de aquel número de Lateral y también para presentar a Michel Onfray, a quien corresponde el lema "nietzscheanismo de izquierdas" y del que traduje el libro que reseño en el artículo: "Teoría del cuerpo enamorado" (Pre-Textos, 2002).

EL HEDONISMO DE MICHEL ONFRAY

A día de hoy Michel Onfray se ha convertido en uno de los filósofos más interesantes de Francia. Pasada la resaca de la efervescente segunda mitad del siglo XX, Onfray ha aparecido como un soplo de aire fresco en la escena intelectual francesa. Su propuesta, cifrada en un materialismo hedonista, lúcido y socialmente transvalorador, hereda lo mejor de esa corriente intelectual, desde la Antigüedad clásica (Epicuro, Lucrecio, los cínicos) hasta la Ilustración (Helvetius, Nietzsche, Deleuze). Onfray, como profesor de bachillerato, recuperó a un pensador olvidado, Georges Palante, nietzscheano de primera hora y nada heideggeriano, por cierto. Con "La sculpture de soi" ganó en 1996 el Premio Médicis de Ensayo, en una obra que combina una ética política libertaria con una estética de la cura de sí.

Ahora presenta en la editorial Pre-Textos "Teoría del cuerpo enamorado", obra en la cual no subyace tanto una teoría sobre el sexo propiamente dicho cuanto una apuesta por una disposición sexual libre, centrada en la acción y por tanto con implicaciones éticas y políticas. Michel Onfray no ha tratado el erotismo con la penetración literaria de Bataille, ni ha reseñado las formas de la sexualidad como Foucault, pero ha aprovechado todas las lecciones de ambos. Su intención ha ido dirigida a promover un tipo social de eros que se desprenda de las múltiples trabas a las que el cristianismo y la sociedad normalizada lo tienen sometido.

¿Dónde reside la novedad de su trabajo, qué es lo que aporta de nuevo esta "Teoría del cuerpo enamorado"? Exceso material, gasto placentero, contrato libertario: la propuesta de Michel Onfray consiste en haber recuperado el bagaje intelectual aquilatado por autores modernos como Bataille y Foucault, insertándolo en una perspectiva materialista y atea que se sirve del bestiario fabuloso de la Antigüedad para escenificarla y desarrollarla. Sobre todo hay una reivindicación del epicureísmo como casi la única tradición de pensamiento y acción que podemos oponer al platonismo y su versión popularizada: el cristianismo. Pero Onfray, que conoce bien estas tradiciones, ha querido aumentar la potencia subversiva y gozosa del epicureísmo, fecundándolo con las ideas anti-convencionales de un Diógenes, el hedonismo de un Aristipo de Cirene o el arte de vivir de los poetas elegíacos romanos. Todo ello desemboca en una apuesta por el libertinaje como uso más amplio y más intenso de la libertad de goce sexual y, por extensión, de la libertad política: ya en otro de sus libros ("Politique du rebelle") Onfray se servía de un antiguo apotegma del siglo XVII para definir al libertino como “aquel hombre de bien que no sabría arrodillarse y que es enemigo de todo lo que se llama servidumbre”.

Michel Onfray es hoy en día uno de los pocos intelectuales franceses que esquiva prudentemente la pedantería al uso de los cenáculos parisinos que siguen vendiendo pastiches salpimentados con todos los tópicos de las últimas décadas. En su variopinta obra hay una apuesta personal por la filosofía que devuelve su sabor y su entraña a esos manoseados tópicos. Y cuando digo apuesta personal por la filosofía me refiero a la voluntad deliberada del autor de inscribir sus ideas en su existencia, de convertir la filosofía en una manera de vivir. Michel Onfray es un “filósofo original” en un sentido anti-hegeliano no porque su aportación intelectual sea especialmente novedosa, o heterodoxa o se centre en cuestiones específicas que vienen a desmontar el entramado bendecido del acontecer diario (aunque, desde luego, su aportación no se inscribe en ninguna teodicea), sino porque lleva a cabo su tarea de la forma apasionada y comprometida que define a aquellos que en su día tomaron la decisión de transformar su vida en una vida de actividad filosófica, no sólo profesoral. Insisto en que Onfray no es ajeno a la moda remendadora que recorre a la filosofía oficial francesa, pero a diferencia de tantos otros figurines, el autor de este libro pretende hablar en serio sin perder el humor.

Para ello es especialmente cuidadoso con su escritura, de la que podemos señalar algunos rasgos estilísticos. Onfray es un autor iconoclasta (valga como ejemplo el último "Anti-manual" que ha escrito para sus alumnos del bachillerato francés), que conoce muy bien todas las corrientes históricas de la filosofía, que ha querido emular más bien a autores segundones y panfletarios que convertirse en un nuevo pope del pensamiento. Onfray no está exento de las limitaciones maniqueístas en las que a menudo incurre quien escribe desde el entusiasmo y la indignación (esos dos motores de la escritura de los que hablaba Chesterton), pero es de agradecer que haya preferido la polémica intelectual a las sutilezas de salón para dotarse de mejor munición en la lucha contra el miedo instituido. Su escritura es a menudo epigramática, lo que a la hora de ser traducida me ha dado no pocos quebraderos de cabeza, relampagueante, lírica a veces, siempre combativa. No dice muchas cosas nuevas y originales, pero señala lo importante y lo hace con gracia y con un indudable atractivo: la filosofía también puede ser una forma de seducción, y no hay mejor forma para empezar a amarla.

Esta "Teoría del cuerpo enamorado" es la tercera obra traducida al español de Michel Onfray. En Paidós se puede encontrar "Cinismos", sobre la escuela helenística fundada por Diógenes de Sinope. Y la primera se titula "El vientre de los filósofos" y está editada por Ediciones Oria, Guipúzcoa. En esta curiosa obra Onfray emprende el ensayo de una gastrosofía o lo que también denomina una crítica de la razón dietética. A través del análisis de la comida que ha alimentado a los grandes filósofosos (desde “el pulpo crudo” de Diógenes hasta las “salchichas” de Nietzsche, pasando por el “vaso de leche” de Rousseau y el “marisco” de Sartre), Onfray pretende elaborar algo así como una gaya ciencia alimenticia. En fin, primero gastronomía, ahora erotismo: puntos hedonistas de resistencia al ascetismo funcional de nuestra sociedad del trabajo y del consumo.

Puntos que parten de lo referido por Nietzsche en "Ecce Homo": “Estas cosas pequeñas –alimentación, lugar, clima, recreación, toda la casuística del egoísmo- son inconcebiblemente más importantes que todo lo que hasta ahora se ha considerado importante. Justo aquí es preciso comenzar a cambiar lo aprendido”. Cambiar lo aprendido: es lo que García Calvo llama desaprender y en lo que, según Valéry, estriba la verdadera educación. A esta tarea educadora que empieza en los detalles más inmediatos y prosigue en obras de mayor calado intelectual (una teoría estética de la moral titulada "La sculpture de soi", ya mencionada, y una reflexión sobre las posibilidades de una política libertaria a principios del siglo XXI, "Politique du rebelle") se ha encomendado Michel Onfray desde su primer libro, dedicado a un seguidor primerizo y casi desconocido de Nietzsche.

Ximo Brotons (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1974) es profesor de filosofía de Bachillerato. Es el traductor de "Teoría del cuerpo enamorado" de Michel Onfray.

"Teoría del cuerpo enamorado", Michel Onfray, prólogo y trad. de Ximo Brotons, Pre-Textos, 2002; "El vientre de los filósofos", Michel Onfray, trad. Rosa de Diego, Oria, Guipúzcoa, 1996; "Cinismos", Michel Onfray, trad. A. Bixio, Paidós, Barcelona, 2002.

11 comentarios

ericburdon -

perdón. "belly" = vientre.

procopio -

no conozco esa peli; no sé qué es "belly". Gracias. Mañana colgaré una entrevista.

ericburdon -

Buenas. Leída su última reseña. Onfray parece, a bote pronto, un post-postmoderno.
Asociación de ideas: "The belly of an architect" film de P.Greenaway.

procopio -

es lo que hay: siento que se puedan dañar los otros ordenadores.

iré despacio; pero sería interesante, ya que no se trata de un blog-diario al estilo arcadiano, que mirásemos por mes las "entradas" que puedan interesarnos, sin tener que depender del día. No sé si me explico.

ericburdon -

Lo de El País lo tiene Ud. a su nombre en lo de Arcadi. Aquí es imposible enviarlo.
Veo que va a ser difícil una comunicación que no sea "monosilábica". Manda blogia...

ericburdon -

otro medio (perdón)

ericburdon -

Intento lo de la carta de El País.Si no fuera posible lo siento. A lo mejor hay otro medo.Un saludo.

ericburdon -

4º)Le informo que, cuando los cometarios que hacemos son más extensos de unos párrafos, no sólo no permite su blog enviarlos, sino que por parte de su servidor se produce un ataque de escaneo de puertos de nuestro ordenador,como ocurrió ayer por la tarde y está ocurriendo ahora.

ericburdon -

3º)Ya vi su propaganda en lo de Arcadi, bien por lo de Conan Doyle.

ericburdon -

2º)Le intento enviar el asunto de El País, como me ha pedido.No creo que, informáticamente,pueda.

ericburdon -

Mr. Procope:
(comentarios divididos)
1º)Denos tiempo para asimilar con deleite tanta información, y la comentaremos.