Blogia
procopio: café filosófico

Carta a Spinoza

Querido Bento,

acabo de leer tus obras Tratado de la reforma del entendimiento, Principios de la filosofía de Descartes y Pensamientos metafísicos, que son algo así como tu tesina y tu tesis doctoral. Te escribo recién cumplidos los 40 años, sabiendo que tristemente tú no pudiste ni cumplir los 45.

Cuando estaba leyendo tus primeras obras, y comprobando que, tristemente, carezco de la capacidad de raciocinio que tú tenías, me he acordado de cuando era pequeño y nos llevaron al Museo de la Ciencia de Barcelona, donde nos mostraron todo aquello de las esclusas de Amsterdam, tu ciudad natal. Tengo ganas de volver a ver el cielo que te vio nacer y morir, esta vez si puede ser sobrio, porque la primera vez y única hasta la fecha fui acompañado de un amigo haciendo un on the road Barcelona-Amsterdam-Barcelona, cruzando nuestra querida Francia por París, más bien llenos de ebriedad.

No sé muy bien por qué te escribo, pero siento la necesidad de hablarte como amigo, personalmente, de tú a tú, como se suele decir. No tengo muchas cosas que contarte, trabajo, lecturas, familia, deportes, poco más. Pero he pensado que de esta forma la gente podría acercarse a ti sin miedo y lograr lo que pides en tu Tratado de la reforma del entendimiento, compartir tu entendimiento de la Naturaleza, y así gozar juntos "eternamente de una alegría continua y suprema".

Me ha gustado mucho todo lo que escribes de Dios. Ya sabes que dicen que eres ateo, y otro filósofo, alemán, apellidado Hegel, te llamó "acosmista". Bien está. Pueden quedarse con su sistema, nosotros nos quedamos con Dios o, como dice la gente, en Dios. ¿Qué dices tú? Habla, Bento, pues vivimos en una época, año 2014, en la que está legalmente sancionada la libertad de pensamiento y de expresión. ¿Cómo te va la vida? Deseo de todo corazón que allá donde fuere te vaya bien, que puedas seguir "pensando en la Naturaleza", como diría nuestro querido Lucrecio, gozando de aquella alegría de vivir continua y suprema, bien cierto frente a tantos males inciertos.

También leí hace un tiempo tu obra Gramática hebrea. Supongo que te habrán dicho que Israel es hoy en día un Estado democrático en la antigua Palestina, con capital en Jerusalén. Me gustaría ver Jerusalén algún día también. La esperanza de Israel se cumplió pero a un precio quizá demasiado elevado, Bento, ya conocerás la historia de los millones de tus congéneres asesinados en cámaras de gas. ¡Ultimi barbarorum!

Bueno, Bento, me despido por hoy. Que descanses bien. A ver si pronto te visito en tu propia casa de Rijnsburg. Saludos a tus anfitriones.

Adiós, amigo.

0 comentarios